(Alguna vez me preguntaste porqué
no creía en Dios y en la religión -sea cual sea).
(Mi Religión era acariciar tu
cuerpo. Tú).
Te quiero más que a mis ojos, te
quiero más que a mi vida, más que al aire que respiro y más que a la madre mía.
Eres mi vida y mi muerte, te lo
juro, compañera; no debía de quererte y sin embargo te quiero.
No [mentí al jurar] que daría por
ti la vida entera, y, sin embargo, un
rato, cada día […], te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera.
Una casa sin ti es una embajada,
el pasillo de un tren de madrugada, un laberinto
Cuando duermo sin ti contigo
sueño, y con todas si duermes a mi lado-
Y si te vas me voy por los
tejados como un gato sin dueño.
Y cuando vuelves hay fiesta en la
cocina y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas, pero dos no es igual
que uno más uno.
Eres mi vida y mi muerte, te lo juro compañera.
No debía de quererte y sin embargo te quiero.
Eres mi vida y mi muerte, te lo juro compañera.
No debía de quererte y sin embargo te quiero.