ETIQUETADO DE LOS PRODUCTOS DE
CONTENGAN ALIMENTOS TRANSGÉNICOS YA!!!
Los abogados de los transgénicos
afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana. En todo caso,
tampoco está probado que no la perjudiquen. Y si tan inofensivos son, ¿por qué
los fabricantes de soja transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que
venden lo que venden? ¿O acaso la etiqueta de soja transgénica no sería la
mejor publicidad?
Y sí que hay evidencias de que
estas invenciones del doctor Frankenstein dañan la salud del suelo y reducen la
soberanía nacional. ¿Exportamos soja o exportamos suelo? ¿Y acaso no quedamos
atrapados en las jaulas de Monsanto y otras grandes empresas de cuyas semillas,
herbicidas y pesticidas pasamos a depender?
Tierras que producían de todo
para el mercado local, ahora se consagran a un solo producto para la demanda
extranjera. Me desarrollo hacia fuera, y del adentro me olvido. El monocultivo
es una prisión, siempre lo fue, y ahora, con los transgénicos, mucho más. La
diversidad, en cambio, libera. La independencia se reduce al himno y a la
bandera si no se asienta en lasoberanía alimentaria. La autodeterminación
empieza por la boca. Sólo la diversidad productiva puede defendernos de los
súbitos derrumbamientos de precios que son costumbre, mortífera costumbre, del
mercado mundial.
Las inmensas extensiones
destinadas a la soja transgénica están arrasando los bosques nativos y
expulsando a los campesinos pobres. Pocos brazos ocupan estas explotaciones altamente
mecanizadas, que en cambio exterminan los plantíos pequeños y las huertas
familiares con los venenos que fumigan. Se multiplica el éxodo rural a las
grandes ciudades, donde se supone que los expulsados van a consumir, si los
acompaña la suerte, lo que antes producían. Es la agraria reforma: la reforma
agraria al revés.
Parráfos de Eduado Galeano.