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| Foto: Tony Alvarado |
Las rondas, campesinas o urbanas, han creado un ambiente de comunalidad, de reciprocidad en base a su Derecho Consuetudinario. El monopolio penal del estado ha variado y son estas organizaciones las que dan un ambiente de seguridad a las comunidades, poblados y ciudades.
Las rondas han demostrado un significativo índice de re-educación, elemento que las caracteriza, sobretodo con aquellos infractores naturales de sus mismas estancias. No obstante en nuestro caso, las rondas urbanas en Cajamarca, han logrado sacar de las fronteras de la región a individuos que para estas fiestas ven a Cajamarca como una zona de trabajo delincuencial con alto potencial de ganancia.
Por ello, su labor se tornado aceptable, aunque en algunos casos tachada de inservible y exagerada.
