Nuevamente
Cajamarca se tiene que vestir de negro tras la muerte de tres niños que no
vivieron más de diez años. Murieron luego de que llenaran sus estomaguitos de
alimentos del Programa de Asistencia Alimentaria (PRONAA).
Al
igual que los menores del colegio 82311, también ingirieron los alimentos,
profesores y padres de familia que fueron evacuados al hospital provincial. A
la fecha hay un total de 120 personas envenenadas.
El
Estado no puede descuidar de esta manera los alimentos que llegan a miles de
miles de niños a lo largo y ancho del país, si se tiene que dar algo para
sustentar el crecimiento de nuestros menores, ese algo tiene que recibir todos los mecanismos y controles de
salud que requieren. No se puede jugar con la vida de las personas.
Hace
instantes se dio un minuto de silencio en el congreso. Ahora ya de que sirve...