QUEREMOS UN PAPA AL ESTILO JESÚS

Martín Peregrino
La iglesia sabiendo de la crisis social de la religión, la desigualdad existente entre  templo y pueblo, la marginación y el desarrollo acelerado de las clases pudientes, sabiendo que hay millones de marginados que son pobres y son cristianos y son católicos, no ha hecho el intento de hacer del evangelio una doctrina cristiana con fuerza, con compromiso de justicia, de liberación de los más necesitados  y marginados.

La iglesia tradicional se enroncha cuando Leonardo Boff le habla de una iglesia participativa, literalmente más pobre, con más presencia de laicos, con más presencia de mujeres que son la mitad de la iglesia y madres y hermanas de la otra mitad.

Responde con enfrentamientos como hizo con Ernesto Cardenal en Nicaragua, aquel poeta arquetipo que, personalmente, es lo mejor que américa latina ha producido; un poeta que se enfrentó a la iglesia con su poesía que crea y recrea el mundo. Responde con dogmas basándose en la creencia de un ser superior que es el que guía nuestras vidas y olvida la predica del “hijo” de aquél dios, toma nuestras decisiones y juzga, según su criterio, lo que es bueno y lo que es malo en base a su “infinita sabiduría”.

Cuando Nietzsche mató a Dios, no mató al Dios de la religión, sino al dios de la metafísica, aquel dios que legitima valores que en nada eran seguidos por la iglesia; valores antónimos ataban al hombre a Dios y la  prédica que Cristo ordena ─esto es,  […] salve a los hijos de los pobres, y aplaste al opresor (Salmos 72:4), es decir, estar al lado del oprimido y no del opresor o poderoso─ resultaban caducos u obsoleto a la sociedad judeocristiana que aún no despertaba para ver el dios que llevaban dentro, el dios del más allá que abunda hoy en la tierra.

El cónclave está en marcha. No se necesita un  nuevo ministro católico sino un servidor del pueblo que no rija por voluntad de los que menos necesitan que son los que más tienen, sino al lado de los que más les falta. UN PAPA AL ESTILO DE JESÚS, uno de África tal vez o uno que venga de la periferia del mundo, de la clase humilde, uno que acerque la iglesia al oprimido, que no centre su ambición de hacer el bien al mal.

Debe ser libre pero con responsabilidad, integro en su proceder y fraterno especialmente con los que falta le hacen y no con los que lo rodean, debe formar una fraternidad comunitaria mundial, independientemente de lo que seamos en general.

Haciendo un análisis cuasi teológico, Nietzsche había encontrado desigualdades, injusticias que cometía, en nombre de Dios, el ápice del judeocristianismo. Para él, asesinarlo era desatarse del dios metafísico que acostumbra a mencionar la iglesia y al que el mandato de Cristo no obedecía y que ataba a lo imposible, y aunque en ciertas partes no concuerdo con él, Nietzcshe ya veía lo que desde siempre la iglesia ha sembrado y cosechado avalado y dirigido: “no comprender a través del amor, si no a través de la fuerza.

El nuevo Papa debe entender que su único fundamento es Cristo y su voluntad el cristianismo y si no hay fundamento y voluntad, no hay edificio, no hay cristo, no hay religión… y seguirán habiendo pobres, oprimidos y más opresores.

… amén.