AGUA SI, AGUA NO HAY

Es evidente que el agua en Cajamarca no sólo escasea, sino que además de no tenerla las 24 horas del día, su calidad es pésima. Cuando llega, pese a ser incolora, llega de color “lechoso” o “blanco pesado” (definiéndola así por darle un nombre al color).


No debe haber nada bueno tras el ocultamiento de las decisiones público-privadas que, ciertamente, afectan a la población. Si no existiera nada ajeno a la calidad del agua, entonces ¿por qué el empeño de las autoridades y de la empresa privada por ocultar documentos, decisiones y convenios que deberían ser difundidas al público consumidor?, siendo éste su derecho.

Existe un claro interés por el secretismo. Y según lo que he visto, que no ha sido poco, la contaminación de ríos, lagos y acuíferos es uno de los problemas ambientales más importantes a los que se enfrenta nuestra región debido a que éstos afectan el agua para consumo. Así mismo, el uso en cantidades extensas del recurso genera escases en zonas aledañas a proyectos de extracción y, Cajamarca ciudad, no está alejada de los proyectos de extracción.

El río Grande ya no abastece con la cantidad y calidad de antaño. Esto evidencia que el agua, en términos de consumo, se ha convertido en un bien escaso para la urbe,  pese que un gordito pesado de apellido Guerrero sale a decir que “el elemento cuantitativo y cualitativo del agua no ha variado y que por tanto, los que nos oponemos a ciertos proyectos, criminamos y calumniamos a la empresa”, pero nosotros, claramente, ya no somos ajenos a esa realidad.

Entonces, si sabemos que a futuro vamos a padecer la escases de éste producto, ¿qué estamos haciendo para protegerlo? Humildemente creo que es hora de manifestar la incomodidad y la desconfianza que genera no saber si más adelante tendremos éste elemento, y si lo tendremos, a qué costo será. Debemos exigir la transparencia en los convenios entre Yanacocha y Sedacaj.

Es razonable que exijamos transparencia puesto que no tenemos agua, nos llega por horas, las horas no son adecuadas para recepcionala. ¿De una a tres o cuatro de la mañana? ¿Para eso pagamos recibos por encima del estándar nacional de pago por consumo? ¿Acaso estamos pagando para que nos brinden el servicio en cisternas? ¡No!; tampoco pagamos para entenderlos –como hacen ver en sus comunicados─. ¡Pagamos por un buen servicio y su deber es brindar ese servicio!

Se exige puntualidad en los pagos. Nada se le escapa a Sedacaj a la hora de cobrar. Sin embargo, ¿qué sucede a la hora de atender una necesidad urgente como la que nos viene afectando hace ya casi una semana? La no presencia de agua en nuestros hogares coloca en evidencia la falta de capacidad para responder a una urgencia como ésta. Uno no puede andar pagando, por encima de lo normal, por un servicio que llega mal, llega escaso y a veces ni llega.