Efectivamente, como menciona
Zaffaroni, "no es sólo una cuestión de que nuestros pobres sean más
proclives a la comisión de ciertos delitos y más vulnerables", sino que en
las esferas más altas de la sociedad ocurren delitos ejecutados por personas marcadas como “no
propensas” a la comisión de ciertos delitos, y más bien son estas personas las
más proclives a la comisión de esos delitos que en la doctrina contemporánea se
han definido como “invulnerables” respecto a las estadísticas.
En cierto modo diría que el
efecto “propenso” no condiciona estatus, razón, color, religión, crianza, edad,
género… etcétera.