NO SÉ DÓNDE...

Renatta & Martín

Para [aquellos] que apenas tienen ojos platónicos-aristotélicos y que solo pueden ver las formas y las esencias, sin calentarse nunca con los contenidos que nos muestran los sentidos.
                                                                                         Benedetti


NO SÉ DÓNDE

Hoy es otro día, me desperté con el pie derecho (y con el izquierdo también), espero que se mantenga mi día así.

Hay cosas que necesito decírtelas, y aunque no te tengo frente, imaginaré que lo estás. Siempre lo hago.
Me sucede que cuando te pienso, me transporto a no sé dónde, y no quiero regresar de no sé dónde. ¡Me es dificultoso hacerlo!

No sé dónde, me encanta, es hermoso pasear por sus correderas agarrados de la mano, pidiéndote que no me sueltes. Nunca lo haces. En no sé dónde, llueve, leve, pero llueve. La lluvia motiva y conecta tú imagen a mi pensamiento, que luego la proyecta a mi iris, y finalmente se presenta ante mí tu rostro. Esto siempre se repite y es imposible dejar de hacerlo, ya que tenue, pero en no sé dónde, llueve.

Ayer, mientras estaba disfrutando del paisaje natural de no sé dónde, me golpearon con un libro, y caí de mi nube. Era hora de cantar.

El canto es la manifestación del sentir que sale del alma. La música que acompaña al canto es análogo de libertad, y como libre, puedes cantar, tocar lo que quieras y como quieras, y cuando quieras tal vez, siempre que sea bueno y tenga pasión.

Kurt D. Cobain recomendaba: “que la música sea el alimento del amor”.

Canté lo que quise y, cantando manifesté el sentir de mi alma, la canción les expresaba a la gente un te extraño, y una voz suspiraba palabras que me reasentaron al pequeño e improvisado escenario. Me di cuenta que mientras cantaba seguía en no sé dónde. Pero gracias a esa breve huida de mi imaginación, trasmití amor, y los aplausos llegaron. La música en ese momento, fue un aliento para  el amor, el mío y el de los aplausos. Tal vez el tuyo en no sé dónde.

Casi sin pensarlo, las cosas que hicimos hace poco me parecen un sueño, casi sin pensarlo me vas alegrando los días; la vida amor.

Es cerca de imposible intentar engañar al corazón, no hay forma o estrategia (y si la hay, no la conozco) que pueda esconder los sentimientos del alma. Juro en este minuto que todos los días de pensarte hacen que no intente averiguar modo de olvidar dado que el cavilarte es grato; el viaje se hace placentero a no sé dónde.

No sé dónde es, lo repito, hermoso y libre. Ahí mi alma tranquila se expresa. Sus tardes son lindas y aunque llueve, calientes. Me elevo a las nubes y caigo cuando quiero -hace rato no caí, me bajaron-, aunque casi nunca quiero. Soy feliz con esto. Te veo feliz en esto.

¿Quieres conocer no sé dónde?

Te indico que ahí no hay errores.

Aquí en la realidad si los hay.  Pero, nos arriesgaremos, y en el riesgo, seremos felices.

Haremos muchísimas cosas, es posible que queramos el mundo cambiar. Pero es un peligro que el mundo debe correr. 

Buscaremos la verdad y correremos al igual que el mundo el riesgo de encontrarla...

Si tú encuentras la mía y la tuya yo, será que encontraremos nada malo en cada uno y será el ciclo en que sólo nos pasaremos los días mirándonos y siendo felices.

Recuerda ésta carta donde uso palabras que sólo quieren expresar: ¡ya no puedo estar sin ti!

Ya que te has atrevido aceptar escribir nuestra historia, te advierto que: “te regalaré lo mejor de mi amor”.

TE SUJETO NUEVAMENTE LA MANO Y TE INVITO A DAR EL PRIMER PASO EN: NO SÉ DÓNDE...